Caracteristicas de la monarquia española de 1845
El rey poseía amplios poderes ejecutivos y legislativos. La Iglesia católica recuperó influencia y poder. La riqueza estaba concentrada en pocas manos. La nobleza mantuvo sus privilegios y estatus. Sin embargo, la corrupción era un problema persistente.
La pobreza y la miseria afectaban a gran parte de la población. Esto se tradujo en el apoyo del clero al régimen. Se reforzó el bicameralismo con un Senado de designación real. El poder real se manifestaba en la capacidad de nombrar ministros. El ejército se convirtió en un pilar del régimen isabelino.
Los militares ostentaban gran poder e influencia política. Su apoyo era importante para la Corona. La soberanía residía esencialmente en las Cortes con el Rey. El reinado de Isabel II estuvo marcado por esta constitución. La cuestión sucesoria carlista seguía latente.
La estabilidad política era constantemente desafiada. La educación también se vio influenciada por la religión. Buscaban estabilidad para sus negocios. Continuaron influyendo en la vida política y social. Los carlistas aún aspiraban a la restauración del absolutismo.
Aunque perdieron parte de su antiguo poder feudal. Las Cortes, aunque bicamerales, veían su poder limitado. Se mantenían focos de resistencia en algunas regiones. Su influencia creció en la política y la administración.